HALLANDO GRACIA ANTE LOS OJOS DE DIOS

Fernel Monroy


Génesis 18

Cuando una persona halla gracia ante los ojos de Dios, puede pedir lo que quiera y El se lo concederá. Hallar gracia es simpatizar con Dios, hallar su favor, que Dios este agradado y complacido por nosotros de tal manera que nosotros podamos en esa misma dimensión de gracia atrevernos a  pedir lo que queramos.

En cierta ocasión mi hijo de 6 años se me acercó y me dijo: “...papá dame diez quetzales, yo me le quede viendo, pensando para que necesitaba los diez quetzales, lo observe con mucha seriedad, entonces me dijo: sabes qué, préstame cinco quetzales,  ...bajo la cuota, usted cree que eso no me conmovió, seguro mi hijo ha de haber  pensado, mi papá no me va a dar los diez quetzales, entonces mejor le voy a hacer un préstamo y de menos cantidad”. Hermanos a veces nosotros como hijos no nos atrevemos a pedir los diez quetzales a papá, a veces papá hace como que se pusiera serio, entonces le bajamos la cuota, y papá tiene mas y quiere bendecirnos. Tu eres hijo de Dios, heredero de Dios y coherederos con Cristo. El Padre celestial tiene tantas bendiciones para suplir tu necesidad, para sacarte adelante, e impulsarte a cosas imaginables. La palabra dice en Efesios que “Dios es poderoso para hacer todas las cosas mas abundantemente de lo que pedimos, o entendemos”. La fidelidad, la gracia, la palabra, la bondad y la unción de Dios, lleva tu vida mas allá de lo que puedes imaginar.

Abraham, es visitado por tres personajes, llama la atención que la palabra relata que Abraham se encontraba en el fuerte del calor del día, a la sombra de cierto lugar, y estos personajes se pararon frente a él, y Abraham entendió que Dios lo estaba visitando y fue diligente en ponerse de pie, acercarse a estos personajes, (manifestación de la trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y el toma una actitud correcta ante la deidad de Dios. Cuando alguien esta ante la visitación de Dios debe aprovechar ese momento. Así como Abraham, salir corriendo, darse prisa para hacer un lado el acomodamiento, para alcanzar la bendición.  Luego se postró en tierra, esto es adorar, es reconocer,  es humillarse en su presencia.

Y dijo: “Señor si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo”, otra versión dice: “Señor si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de largo a tu siervo”, como decir no me pases desapercibido, no te vayas, sin que yo no pueda encontrarte y obtener algo de ti. Cuando tu halles gracia en la presencia es el momento que tu puedas pedirle y rogarle.

Además Abraham se esforzó por honrar al señor, por traerle un obsequio al Señor. Dijo: Señor si ahora he hallado gracia, que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies, recostaos debajo de un árbol, y traeré un bocado de pan, sustentad vuestro corazón y después pasareis, pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo”.  Abraham fue osado, diligente, atrevido, adorador y diligente en correr donde esta la visitación. Este es tu tiempo, el tiempo de tu visitación  vuélvete al Señor, Dios nos visita para que lo adoremos pero también para bendecirnos.

Acércate a su gracia y Dios te va a bendecir, te va prosperar, te va a sacar adelante. La gracia y el favor de Dios estará sobre  tu vida. Tu hallas gracia cuando tu te acoges a la misericordia que el ya mostró en Cristo Jesús, cuando tu no vas por tus fuerzas sino vas cubierto bajo el manto de Cristo, cuando tu vas no en tu nombre sino en el nombre de Jesucristo, cuando tu vas humillado ante la presencia de Dios reconociendo tu necesidad, no justificándote y si has fallado reconociendo tu pecado, allí hay gracia. Repite esta oración...

El Señor le dice a Israel: Jerusalén, Jerusalén, tu que matas a los profetas que te son enviados, yo te quise juntar como la gallina junta sus polluelos bajo sus alas, pero no quisiste, si conocierais hoy, tan siquiera hoy el día de tu visitación.  Cuando Dios nos esta visitando debe haber disposición, debemos ser un pueblo hambriento de Dios. Algunas veces no acostumbramos al mover de Dios, y dejamos de prestarle atención, y sensibilidad a la visitación de Dios. Cuando nos acomodamos ya no corremos como lo hizo Abraham, y dejamos ir la bendición. La bendición no siempre la vamos a atraer sino va con nosotros. Cuando declaramos la bendición  solo se manifiesta por la gracia de Dios. Entre mas disposición, mas hambre, mas anhelo y mas expectación hay, mas Dios fluye a través de  sus vasos. Donde Dios pone hambre Dios pone el pan. Al sediento sacia.  Cuidado con acostumbrarse a la presencia de Dios, porque nos volvemos insensibles, ya no hay expectación ni disposición.

Entonces Abraham fue de prisa a la tienda de Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina y amasa y has panes cocido debajo del rescoldo, y corrió Abraham hacia las vacas, y tomo un becerro tierno y bueno.  Nuestro problema es cuando esta la visitación de Dios no le ofrecemos ni damos ni lo tierno ni lo bueno, no nos esforzamos por agradar y honrar al Señor con lo mejor, no le de las sobras de su tiempo al Señor, ni las sobras de su cántico, expresión ,de su adoración y de su disposición. Usted no le hace favor a Dios de venir a buscarlo a su casa. Nosotros somos los necesitados de su presencia. Y cuando el ve nuestra necesidad, nuestra disposición, nuestra hambre, y nos ve deseosos jamás nos va dejar de visitar y mostrarnos su gloria.  Jesús no pudo hacer muchos milagros en Capernau y en otras partes, debido a la incredulidad de ese pueblo, porque vio su incredulidad que se muestra en la indiferencia y en conclusiones propias. Debemos estar siempre con una actitud dispuesta y necesitada.

La disposición atrae la gracia de Dios, y otros que no están dispuestos alcanzan bendición debido a los necesitados. Cuando Dios esta visitando debemos ser diligentes para dejar nuestro acomodamiento, primero postrarnos y adorarle, pedirle que no nos pase por alto, y si hemos hallado gracia decirle conoce mi necesidad, mi situación, hacer detener la presencia de Dios en nuestra tienda, tal como lo hizo Abraham.

El Espíritu Santo, te conoce por fuera y por dentro. Preguntan por Sara a Abraham, y el respondió aquí en la tienda, entonces dijo (singular) De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda que estaba detrás de ella, v11. Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada y a Sara le había cesado ya la costumbre de la mujeres. V12. Se rió, pues, Sara entre si, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? La presencia de Dios cuando es atendida, valorada, reconocida, amada, honrada, la presencia misma de Dios indaga de tu necesidad, la manifestación de su gloria se da cuenta que necesidad tiene, y allí es cuando viene la promesa de Dios, la profecía, la palabra.

Después que Abraham paso un tiempo deleitándose con el, fue cuando Dios le envía su promesa de tener un hijo. V 13. Entonces Jehová dijo a Abraham: Porque se ha reído Sara, será cierto que iré a dar a luz, siendo ya vieja V. 14 Hay para Dios alguna cosa difícil, al tiempo señalado volveré a ti, según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.  Cual es tu necesidad, tu problema? Que le importa a Dios tu esterilidad, tus circunstancias, porque Dios no se vale de tus actitudes, de tu dinero, tu condición, ni de tus fuerzas. Para Dios no hay nada difícil, puede hacer de las piedras hijos de Abraham, el puede hacer de lo que no existe lo existente. Dice la escritura que por la Palabra fueron hechos los mundos, lo existente fue hecho de lo que no se veía. Lo mas poderoso es la Palabra de Dios. Puede ser necesidad espiritual, física, material, en tu hogar o de un vientre.

La clave para que suelte Dios las promesas, para que nos visite, para que la bendición se evidencia, es que nosotros logremos lograr gracia ante sus ojos.. Muchas personas no sale con favores de Dios, porque muchas veces se justifica ante la presencia de Dios, llega a exponer explicaciones. Cuando alguien llega a justificarse ante Dios, llega como el fariseo que decía que diezmaba y agradecía no ser como el publicano que estaba tirado y se golpeaba el pecho  y decía: Oh se propicio a mi, que soy hombre pecador!!!!Si peca humíllese, confiese, arrepiéntase, y me aparto, allí alcanzara misericordia. Cuando halla gracia, es agraciado y se va la desgracia.

El que halla gracia ante los ojos de Dios, aunque Sara se ría o dude, Dios te hace parir a su tiempo al agraciado, Dios te va a bendecir.

La gracia es un favor, es un regalo. Un favor inmerecido, un regalo por el cual no haces nada.

La gracia de Dios no opera por lo que haces o dejas de hacer, el mejor homenaje a la gracia es la obediencia a la palabra, es la santidad de tu vida.

No pidas por tu necesidad, pide hallar gracia, y así no ser pasado por alto, para que te visite y te bendiga.